Maria Edicta Iriarte Blanco

With heavy hearts, we announce the passing of Maria Edicta Iriarte Blanco – affectionately known as Edith –, who departed this life on June 3, 2025, at the age of 78. Her warmth, strength, and vibrant spirit will be profoundly missed by all who knew and loved her.

Born on September 16, 1946, in El Salvador, Edith moved to Houston, Texas at the age of 35 to begin a new chapter for herself and her family. She embraced her new life with courage, resilience, and love. Always impeccably dressed and full of life, she never stopped dreaming of her next adventure.

Edith had a deep love for nature. She cared for her plants, finding joy and peace in their growth. Music stirred her soul—she danced often and with joy, lighting up every space she entered. Her home was a haven of warmth and hospitality. At one time or another, nearly every family member found shelter, comfort, or a fresh start under her roof. She gave generously, without hesitation, and created a home where people felt safe, welcome, and loved.

She is preceded in death by her beloved son, Melvin, who passed away during childhood, and her sister, Marlene Blanco. She is survived by her daughters Edith Cecilia, Maritza Elizabeth, and Julieta Marisol; her mother Juana Rizo Blanco; her sister Rosa Blanco; and her brother Santos Blanco.

She also leaves behind five grandchildren—Rickey Gaviria, Denise Clark, Jasmine Quiroz, and Jamie Quiroz—and four great-grandchildren, along with many cherished nieces, nephews, and extended family members.

Edith’s legacy of grace, generosity and joyful spirit will live on in the hearts of all who had the blessing of knowing her.

Con el corazón lleno de pesar, anunciamos el fallecimiento de Maria Edicta Iriarte Blanco — cariñosamente conocida como Edith —, quien partió de esta vida el 3 de junio de 2025, a los 78 años de edad. Su calidez, fortaleza y espíritu vibrante serán profundamente extrañados por todos los que la conocieron y amaron.

Nacida el 16 de septiembre de 1946 en El Salvador, Edith se mudó a Houston, Texas, a los 35 años para comenzar un nuevo capítulo para ella y su familia. Abrazó su nueva vida con valentía, resiliencia y amor. Siempre impecablemente arreglada y llena de vida, nunca dejó de soñar con su próxima aventura.

Edith sentía un profundo amor por la naturaleza. Cuidaba sus plantas con ternura, encontrando en ellas alegría y paz. La música tocaba su alma—bailaba con frecuencia y con alegría, iluminando cada espacio en el que entraba. Su hogar era un refugio de calidez y hospitalidad. En algún momento, casi todos los miembros de su familia encontraron bajo su techo refugio, consuelo o un nuevo comienzo. Daba con generosidad, sin dudarlo, y creó un hogar donde las personas se sentían seguras, bienvenidas y amadas.

Le preceden en la muerte su querido hijo, Melvin, quien falleció en la niñez, y su hermana, Marlene Blanco. Le sobreviven sus hijas Edith Cecilia, Maritza Elizabeth y Julieta Marisol; su madre Juana Rizo Blanco; su hermana Rosa Blanco; y su hermano Santos Blanco.

También deja cinco nietos—Rickey Gaviria, Denise Clark, Jasmine Quiroz y Jamie Quiroz—y cuatro bisnietos, además de muchas sobrinas, sobrinos y familiares extendidos a quienes amaba entrañablemente.

El legado de Edith —de gracia, generosidad y un espíritu lleno de alegría— vivirá para siempre en los corazones de todos los que tuvieron el privilegio de conocerla.